Para que el pasado sábado 20 de septiembre fuera "el día más feliz", tuvo que existir otro muy distinto hace unos años en Menorca. Un día que comenzó con una invitación a una barbacoa a la que Mónica Bermejo, la novia, no le apetecía ir, pero que ante la insistencia de sus amigas, aceptó.
Durante la fiesta le presentaron a un tal Gerry, vacilón y rabiosamente guapo, al que Mónica detestó de inmediato. Pese a esto, Gerry no dudó en cortejarla al más puro estilo anfibio: arrojándola varías veces a la piscina, a lo que Mónica, por su extrema timidez, no pudo responderle con el bofetón que merecía. Al final de la noche, Gerry le prestó su jersey con la excusa de verse de nuevo para devolvérselo, y ella aceptó.
Ya felizmente casados, y por el trabajo de Gerry, Mónica sigue mojándose en Londres y nos cuenta que para el día de su boda eligió el color rosa chic para su ramo, porque, ¿quién que la conozca no sabe que su abuela tenía la cocina más cool de la historia y era de ese color?